Nunca en la historia de la
animación mexicana una idea había logrado desarrollar una trilogía de películas
y, por lo tanto, convertirse en una franquicia. En este mes, esto se logró con
el estreno de “La leyenda de las momias de Guanajuato”, tercera cinta que narra
las aventuras de Leo San Juan y sus amigos durante los tiempos de la Nueva
España, en diferentes escenarios del país.
Ya
se siente un tanto lejano aquel año de 2007, cuando el estudio Animex 2D
estrenó su primer largometraje, dirigido por Ricardo Arnáiz, titulado “La
leyenda de la nahuala”. A pesar de sus notables fallas técnicas de guión, la
película logró cierto éxito en taquilla y llamó la atención por su intento de
rescate de algunas tradiciones mexicanas relacionadas con el Día de Muertos,
así como por contar en su elenco con diversas voces de actores talentosos.
Para
el 2011, cuando los derechos de los personajes ya pertenecían a Ánima Estudios,
llegó a las pantallas la secuela, titulada “La leyenda de la llorona”. En esta
ocasión, los personajes creados por Arnáiz, ahora en manos de otro director
(Alberto Rodríguez), se enfrentaron a la mismísima Yoltzin, o la llorona, como
se conoce en el imaginario mexicano. En esta segunda entrega, el estudio logró
mejorar la calidad de la animación que vimos en “la nahuala”, además de construir
personajes más entrañables y complejos, sobre todo con la aparición de “Kika”,
una niña extrovertida y divertida que logró arrancar risas a muchos
espectadores, sobre todo niños (gracias también a la excelente labor de la
actriz Mónica del Carmen). Es de destacar la excelente secuencia en la que se
narra el origen de los lamentos eternos de la mujer que perdió a sus hijos y
que aún causa miedo a muchos mexicanos. El estilo de dibujo que se empleó en dicha secuencia, así como la paleta de
colores y la fluidez en la narración logran como resultado un recurso narrativo
eficaz, creativo y que da fuerza al guión. El hecho de que algunos personajes
hablen en náhuatl le otorga identidad nacional a la película (algo que hace
mucha falta en el cine mexicano en general). De igual manera, es de destacar el
uso del 3D en algunas escenas como aquella en donde el globo vuela sobre
Xochimilco: la técnica es bien utilizada y empata muy bien con los personajes
en 2D. Y, finalmente, sobre la solidez
en los personajes, resalta la estructuración de la llorona como antagonista de
la historia.
En
este año, la trilogía al parecer cierra con la nueva entrega, “La leyenda de
las momias de Guanajuato”. En esta ocasión, Leo y sus compañeros (el alebrije,
don Andrés, Teodora y las calaveritas de azúcar, más nuevos personajes que se
les unen como el par de diablillos y otro alebrije “rasta”), deben resolver el
misterio que ocasiona que habitantes guanajuatenses se conviertan en momias y
rescatar a Xóchitl.
Desafortunadamente,
la calidad de esta tercera película resulta inferior a su predecesora, no
técnicamente (puesto que la animación es fluida), pero sí en cuanto a la
agilidad de la historia narrada y la construcción de los personajes. A diferencia
de “la llorona”, ningún personaje logra conectar con los espectadores (el más divertido
resulta el nuevo alebrije), el relato es disparejo y hay algunos cabos sueltos en
relación con las otras dos películas. En cuanto al estilo general, éste varía
en relación con las dos primeras cintas: el diseño de personajes nos hizo
pensar en “La revolución de Juan Escopeta” más que en una cinta de Ánima
Estudios.
No
se sabe si habrá otra entrega de las aventuras de Leo, pero es de aplaudir que
una historia original haya logrado la producción de tres largometrajes (aunque
se haya cambiado de estudio); también el hecho de rescatar la cosmovisión mexicana
y la importancia de la tradición oral de nuestros pueblos; es plausible que en
estas cintas se refleje mucho de la cultura mexicana en detalles tan
aparentemente simples como los utensilios de cocina, la vestimenta o las casas.
Finalmente,
es muy rescatable y digno de reconocimiento que el estudio siga intentando producir
películas que se sientan mexicanas. Lástima que no han alcanzado su empeño de
producir y estrenar un largometraje por año, porque debemos reconocer que de su
primera producción “Magos y Gigantes” a “La leyenda de las momias de Guanajuato”
se nota una evolución palpable en el dominio de la técnica de animar y eso es
muy sano por donde quiera que se le vea.
Por
el momento, es todo, pero… ¡Anímense a opinar!