Como
han sido fríos días decidimos prepararnos un platón de palomitas
(incluyendo papas y cacahuates) y nos dispusimos
a pasar una excelente tarde apreciando
algunas de las buenas películas animadas que el cine nacional ha generado en
los últimos años. La mayoría ya las
habíamos visto, pero el deseo de rememorar era aún más grande. Comenzamos por
las ligeras y de fácil digestión: “Magos y Gigantes”, “Imaginum”, “Nikté”.
Continuamos con algo más fuerte, con las aventuras de Leo y sus lindos amigos, para seguir con el humor y carcajadas
de esos tremendos huevos que no se cansan de hacer de las suyas. Y antes de que
la noche cayera decidimos pasar a un poco de picardía con “El Santos y la
Tetona Mendoza”.
Como el día no nos alcanzó, quizá la
próxima semana tengamos tiempo de ver
esas cintas que siempre pensamos eran extranjeras, pero que ahora nos damos
cuenta de lo equivocados que hemos estado. Ni modo, “Gaturro” y “Boogie el
aceitoso” deberán esperar. Horas
maravillosas, en un día nublado y frío, llenas de diversión, excelente
animación e historias que despiertan la imaginación de cualquiera. Esperamos
con ansias que termine el año para poder apreciar las cintas que los incontables estudios
nacionales presentarán al
espectador. Imaginamos que serán numerosas, pues la competencia es siempre leal y son muchos quienes están
generando largometrajes en nuestro lindo México. Si a ello le agregamos los
grandes proyectos que están creciendo en algunos estados, los emporios que se
están abriendo paso y las ciudades animadas que siguen creando docenas de
animaciones, el público mexicano
tendrá mucho que ver el año que llega.
Bien por la animación mexicana que por
fin ha logrado construir una verdadera
industria que está a la altura de cualquiera a nivel mundial, que se abre
paso con escudo y espada ante el difícil
mercado internacional, y que por lo tanto merece que el público asista a las salas para apoyar lo bien hecho en México… ¡Anímense a opinar!
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