lunes, 21 de diciembre de 2009

Nikté: Un sueño... que nos dio sueño

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)

Después de varios meses de espera y expectación, por fin acudimos a nuestra “sala cinematográfica preferida” a ver el nuevo largometraje animado nacional y segundo de Ricardo Arnaiz: “Nikté”. Se había dicho de todo sobre esta película incluso antes de que se estrenara: que si es mala, que si es buena, que si por fin pondría en alto el nombre de la animación mexicana… en fin, de todo. Nosotros, que nos abstuvimos de opinar sobre la calidad de la cinta porque simple y sencillamente no la habíamos visto, acudimos al cine con la mente abierta y los ojos y oídos listos.

Y, para variar, después de 20 tortuosos minutos de “previos” a la película (a los genios de cierta cadena de cines ahora se les ocurrió combinar anuncios con trailers cinematográficos), por fin la cinta dio inicio. Desde los primeros minutos, nos dimos cuenta de algo innegable: la calidad de la animación ha mejorado muchísimo desde “La leyenda de la Nahuala”. Los movimientos de los personajes son menos mecánicos, más naturales y fluidos; la animación se siente más armónica, en esta ocasión (al menos a primera vista, después habrá que verla con detenimiento) no hay objetos que aparecen y desaparecen de pronto (como en la cinta anterior); los personajes flotan menos y hay una mejor integración de los actores animados con los fondos.

Con respecto a los escenarios, al igual que en “la Nahuala”, cuentan con una buena calidad. Aquellos en los que se reproduce el ambiente selvático (donde se lleva a cabo la mayoría de las escenas) llaman la atención por su belleza y precisión. Cada árbol está diseñado y dibujado con sentido artístico y realismo.

De ahí que los fondos resalten más que los personajes, pues éstos físicamente carecen de fuerza. En una película animada, lo ideal es que, desde su apariencia, el personaje cause una impresión tal en el espectador, que éste sepa de inmediato cómo es la personalidad y tono del personaje. En “Nikté”, este aspecto no está del todo cuidado. Si bien es cierto que los personajes siguen respetando el estilo inconfundible de Ricardo Arnaiz (lo cual es muy plausible), su apariencia no ayuda a que los espectadores desarrollen algún grado de identificación con ellos o se “conecten” emocionalmente y los amen o los odien.

Un ejemplo de lo anterior lo tenemos con el antagonista, K’as: a pesar de que su apariencia física nos avisa que se trata del “malo” de la historia, no hay en su diseño visual un concepto firme que provoque ninguna reacción especial en los espectadores. Es el malo y ya, pero difícilmente será un villano memorable. Lo mismo sucede con Tanké: aunque se trata de un príncipe galán, valiente y atleta exitoso en el juego de pelota, su apariencia física no concuerda con tales rasgos. Sabemos que es el protagonista porque el relato nos lo dice, pero su imagen no pasa de ser la de un simple niño bueno.

En pocas palabras la apariencia física muestra una falta de personalidad, pues no dice mucho de los personajes en sí. Son tan poco impactantes que difícilmente quedarán grabados en la memoria del espectador, sobre todo si tomamos en cuenta que la cinta está dirigida al público infantil para quien la identificación debe ser inmediata.

Pero no sólo el aspecto visual de los personajes presenta deficiencias: su propia personalidad es, para una película de dibujos animados, muy pobre. No hay fuerza en el aspecto psicológico de cada uno de ellos, tal pareciera que cada personaje fue construido sin ser dotado de una vida antes y después, elementos indispensables para la construcción de personajes completos. Por ejemplo, dudamos que alguna niña quiera ser la princesa Nikté, pues la personalidad de ésta es tan débil que no dice nada. Ni en su pose de niña vanidosa e inconforme ni en la de heroína de su pueblo despierta una identificación sólida.

Christopher Vogler menciona que para construir un personaje sólido, el escritor (en este caso guionista) debe responder a dos preguntas:

1. ¿Cuál es la función psicológica o el aspecto de la personalidad que representa?

2. ¿Cuál es su función dramática en la historia?

Algo que no toman en cuenta los guionistas de la animación nacional.

En cuanto a las voces hay varias cosas que comentar, pues también forman parte del aspecto psicológico de los personajes y pueden ser útiles para darle un poco más de fortaleza a un actor animado mal construido o, por el contrario, hacer que un buen personaje decaiga. En este caso, también la sincronización de voces (no es doblaje, pues no se está traduciendo de otro idioma) deja mucho qué desear. La actriz que le presta voz a Nikté (Sherlyn) es plana y sin matices: casi no hay manejo de la voz, a pesar de que el personaje se enfrenta a diversas situaciones. Hubiéramos preferido, como espectadores, que la actriz que dio vida a Dorotea en “La Nahuala”, se hubiera hecho cargo de esta voz, pues su trabajo mostró más presencia y apropiación del personaje.

Algo similar sucede con los demás personajes: el elenco (conformado por algunos excelentes actores) está muy desaprovechado, y esto se debe, seguramente, a la dirección. Eduardo Manzano, por ejemplo (de quien no tenemos ninguna duda de su talento), sigue hablando como el “Wash and wear”, a pesar de que el “Show de los Polivoces” terminó hace más de treinta años. Pedro Armendáriz no está acostumbrado a hacerla de malvado, por lo que su voz se escucha sin la entonación necesaria para imprimir una personalidad adecuada a K’as. Jorge Arvizu, como siempre, lleva a cabo su actuación de manera impecable, pero aparece muy poco. No es posible desaprovechar a alguien de su experiencia en el doblaje de esa manera. Mención aparte merece Alex Lora, quien, con su actuación vocal, hace del Chamán Chaneke un excelente personaje que llama la atención del espectador y le provoca risas cada vez que interviene.

En cuanto a la música, es lamentable que se haya perdido la calidad lograda en “La leyenda de la Nahuala”. En “Nikté” la música (tanto objetiva como subjetiva) no acompaña adecuadamente las acciones y ambientes, ya que hay una mezcla injustificada de estilos y géneros musicales. Por otro lado, las canciones melosas y cursis (recurso ya poco usado en la animación) llegan a ser un fastidio.

Por último, lo que debe ser primordial en toda película: la historia. En “Nikté”, ésta tiene notables inconsistencias: el uso de relatos secundarios o paralelos sirven para conformar un todo e integrarlo a la historia central. En este caso, el relato secundario no está de ninguna manera ligado con el central, es más, si aquel no estuviera no posaría nada, pues al final de cuentas Nikté alcanzaría su objetivo con el uso de otros elementos. Esto trae como consecuencia el empleo de personajes innecesarios, cuya presencia se podría suprimir sin alterar el relato.

La historia es muy floja, predecible, el manejo de los elementos del relato no tiene equilibrio y no se mantiene al público con la expectativa de lo que se sucederá, lo que ocasiona que la película se sienta demasiado larga. Algunos de los diálogos y escenas parecían estar forzadas o ser usadas como relleno. Podríamos quitar algunas de éstas y no se alteraría la historia. Y a un relato no lo rescatan gags escatológicos o albures (el nombre del guajolote, por ejemplo), que nada tienen que ver con la narración (elementos que, por cierto, Animex no acostumbraba a usar).

Aún falta mucho para saber contar una buena historia.

En fin, “Nikté” ofrece avances en el aspecto técnico, pero retrocesos en otros. Se aplaude el esfuerzo de rescatar elementos de nuestra cultura en una producción animada, pero falta más trabajo para hacer productos exportables y que no sólo lleven a once personas a una sala de cine (como nos pasó a nosotros, donde sólo cuatro eran niños y eso que nos encontrábamos en un centro comercial muy visitado).

Por el momento es todo. Hasta la próxima y… ¡Anímense a opinar!


miércoles, 16 de diciembre de 2009

Haini, ánima quechua en tierras jaliscienses

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos) / Imágenes cortesía de Tonatiuh Moreno

“Ser animador
es como ser ilusionista y cuentacuentos”,
Tonatiuh Moreno.


Todo animador tiene, como deseo primordial, crear. Dar vida a algo. Otorgar Alma (Ánima) a diversos seres para que se muevan y tengan una personalidad que atrape a uno o varios espectadores. La mayoría de los involucrados en la animación sueñan con ver que sus creaciones hablen, se muevan, caminen, sientan… cuenten una buena historia.
En el 2003, los deseos de Tonatiuh Moreno por “darle vida a algo” se hicieron realidad, pues junto con Ruy Fernando Estrada fundó el estudio Haini en Guadalajara, después de concluir el piloto “Tortas y Lagartos”, realizado con el apoyo de IMAGIA, de la serie “La Ciudad de los demás”. Un año más tarde pariciparon en el concurso “Un día sin agua”, organizado por Canal 11, el cual ganaron. El corto entonces presentado muestra un sencillo y poco atractivo diseño de personajes, con una notable influencia de los comics, pero con una historia interesante capaz de atrapar la atención del espectador.
El estudio que se dedica a la elaboración de storyboards, guiones, comics, diseño de personajes y desde luego animación 2D, se ha mantenido hasta la fecha, con un esfuerzo constante. Respecto a qué tan sencillo o complicado ha sido mantener el estudio en Guadalajara, que podría ser considerado el centro productor de animación en México, Tonatiuh Moreno señala: “Es cierto que hay iniciativas de gobierno y de ciertas cámaras industriales, pero me parece que están enfocando las cosas incorrectamente: se preocupan primero por la tecnología, luego por el entretenimiento y hasta el final por las historias que quieren contar. Además, me parece que no se han interesado por apoyar a los proyectos existentes, sino en crear su propia fuerza de trabajo.” Este hecho ha llevado al estudio a sobrevivir durante estos años no con un crecimiento significativo (tanto en recursos como en producciones), sino con la intención de producir historias atractivas, con significado y propuestas sociales. “Nosotros vemos a la animación como una técnica fascinante para construir significados”, argumenta Tonatiuh, quien no está interesado en dar vida a extrañas producciones subjetivas poco comprendidas, ni a animaciones sin valor. Pero para llegar a ello, el animador reconoce que aún hay un largo camino que tienen que andar.
Aunque en este año, Haini participó, por la invitación del grupo EsComic, en el largometraje de Animex 2D, “Nikté”. El trabajo realizado fue lo equivalente a 10 minutos de animación para algunas de las escenas en las que aparecen Kan y Kun, la familia de Nikté al ser atacada por Tah Nohoch, Kike Garytl, la princesa Olmeca… entre otras. Esta labor significó para Haini una experiencia muy intensa, pues sus miembros aprendieron no sólo sobre la técnica y el oficio del animador, sino sobre el proceso para la realización de un largometraje.
Pero antes de entrar de lleno a maquilar para Animex 2D, Haini realizó un cortometraje que llamó notablemente nuestra atención: “El relato de Sam Brennan”, financiado por IMCINE. La idea de crear esta producción surgió a partir de una canción de la soprano Mary Camarena: “Platiqué con ella sobre la posibilidad de hacer un guión a partir de esa canción. En el guión integré mis propias experiencias e ideas sobre el asunto de la independencia familiar”, argumenta Moreno. Y a pesar de que la idea surgió a partir de una canción, se volvió a componer la música, siendo siempre fiel a la canción original. En un principio se tenía pensado hacer una versión en inglés y otra en español, pero por cuestiones de recursos no se pudo lograr.
La elaboración del corto llevó un año y fue inspirado en el arte conceptual del video juego creado por Shigeru Miyamoto, “The Legend of Zelda: The Wind Waker” y con una historia influenciada por la escritora estadounidense, Ursula K. Le Guin. El guión, la Dirección, el Storyboard y parte de la animación estuvieron a cargo de Tonatiuh Moreno, la Dirección de Arte, bajo la batuta de Ruy E. Estrada, la Producción de Karla Uribe y en la Música destacan la soprano Mary Camarena, quien también es co-compositora junto con Saúl Ledesma, encargado de guitarra, y las voces de Javier Lacroix, Eric Ruiz y L. Ignacio González.
El cortometraje que se ha proyectado en diversos festivales (Festival de Cine Para Niños, Festival de Cine de Morelia, Tour de Cine Francés, Festival One Reel, en Seatle, Festival de Cine para Niños de Chicago y en el Short Film Corner, en Cannes), muestra una animación tradicional, con un coloreado realizado a partir de papel reciclado, elementos que se integraron digitalmente utilizando Toon Boom Studio. El resultado: una producción interesante, propositiva, con animación de calidad, y una banda sonora de notable belleza y marcada por grandes talentos.
Sam Brennan es un niño hijo de un cantinero, quien trabaja en el negocio familiar sirviendo bebidas, fregando pisos y ayudando donde las manos se necesitan. Pero un día el capitán de un barco lleva consigo un cofre que resguarda el canto de las ballenas. Sam lo escucha, la mar le llama: imagina lugares lejanos, tierras moviéndose sobre el caparazón de una tortuga, animales extraños y un mundo colorido perdiéndose en algún lugar. Esa misma noche roba el dinero de su padre y algunos alimentos, pero éste lo descubre. Sam se encamina cabizbajo rumbo a la puerta y su padre le tiende la bolsa que antes robara. Alegre corre hacia el barco donde los marineros y las aventuras aguardan. Ahí, al igual que con su padre, ofrece sus fuerzas en las labores que lo requieran: su ropa es diferente, su aspecto ya no es el mismo. Y después de ardua labor sube al mástil y encuentra el pequeño cofre del capitán, pero ahora la mar está frente a él con sus múltiples voces y el canto de la ballena abriéndose paso en ese espacio que siempre llamó a Sam a surcar sus aguas.
La animación es de notable calidad, el diseño de personajes pareciera tener cierta influencia del animé (sobre todo de producciones de los 70 y 80), el manejo que se hace del coloreado otorga a la producción dinamismo y una propuesta interesante. Las escenas donde Sam imagina ese mar lejano, llenas de color y fantasía, despiertan la imaginación de cualquiera. Pero lo que destaca notablemente es la excelente banda sonora: la canción invita al espectador ya no sólo a prestar atención a aquello que las imágenes narran, sino a la historia que ofrece la canción misma. Las voces son sorprendentes y la música creada por los violines, las percusiones y la gaita gallega ambientan la historia de tal manera que quizá muchos quisieran navegar al lado de Sam.
“El relato de Sam Brennan” es un cortometraje de calidad, que algunos deberían procurar ver, lo único que puede no gustar al espectador es que el corto pareciera el principio de algo más, ya que el final es muy rápido y poco esperado. Mientras el planteamiento y el desarrollo tienen su debido tiempo, el final se nota apresurado. Y aunque siempre fue pensado como un cortometraje, la historia se antoja para ser concebida para un largometraje. Cuando vimos el corto, pensamos en él como el inicio de algo más extenso, y en verdad nos quedamos con ganas de ver algo más, pues la historia se presta para ser explotada de muchas maneras: es una lástima que sólo se quede en un corto.
Por el momento, Haini está trabajando en otra producción en corto, sólo que ahora de comedia y acción, llamado “Fausto, el mago extremo”, animación calificada por sus creadores como divertida y emocionante. Esperamos que Haini siga ofreciendo seres imaginarios tan interesantes como los protagonistas de “El relato de Sam Brennan” y que éste no se quede sólo en un cortometraje.
Si pueden visitar la página del estudio para que vean algo de su trabajo es http://www.haini.com.mx
Por cierto, “Haini” significa “Ánima” (“Alma”) en quechua.
Por lo pronto, es todo. Hasta la vista y… ¡Anímense a opinar!

martes, 1 de diciembre de 2009

Nikté... ¿la lucha por un sueño?

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)

En un par de semanas se podrá ver en más de 500 salas el siguiente largometraje del estudio Animex 2D, con una distribución de Universal: Nikté. El cual no hablará de la princesa nacida en Mayapán (Sac-Nicté) ni de su encuentro con Canek, sino de una pequeña niña quien se propone a toda costa ser princesa de un pueblo olmeca. Para lo cual decide engañar a los suyos sin darse cuenta de todo lo que tendrá que pasar por el largo camino que la lleve a su objetivo. El guión es de Omar Mustre y Antonio Garci (guionistas también de La Leyenda de la Nahuala), Mike Kunkel funge como asesor artístico, y desde luego Ricardo Arnaiz como director y productor, y algunas de las voces de los personajes estarán a cargo de gente experimentada como Jorge Arvizú “El Tatá”, Eduardo Manzano “Polivoz” y Regina Orozco.
No podemos decir que este nuevo largometraje de Animex 2D será un éxito o la cinta que hará despuntar a la animación nacional, pero al menos el teaser muestra un diseño de personajes muy similares a los de Maya, proyecto emprendido por el estudio antes de su primer largometraje y una animación ágil que invita al público a asistir a la sala cinematográfica. Aunque en realidad habrá que ver la cinta en su totalidad y la forma en que el estudio ha manejado todos los elementos que involucra una animación de calidad.
Esperamos que la película deje un buen sabor de boca entre el público y entre todos aquellos que gustan de hacer y consumir animación. Y que La Leyenda de la Nahuala (con todo lo bueno y lo malo que tuvo) quede atrás para dar paso a una producción más ambiciosa, con más objetivos.
Para nosotros, Ricardo Arnaiz es uno de los pocos personajes que puede comenzar a darle forma al largo camino que le espera a la animación mexicana, un personaje que de tener el presupuesto adecuado para una producción de esta índole, ofrecería un producto bastante competitivo internacionalmente. Y si a eso le agregamos una historia sólida, los cimientos de una verdadera industria podrían comenzar a levantarse. Sí, quizá somos obstinados, pero Ricardo Arnaiz y Animex 2D, con los elementos precisos, podrían dar mucho de qué hablar.
Por el momento, es todo. Hata la próxima y... ¡Anímense a opinar!

jueves, 19 de noviembre de 2009

El relato... ¡Sí cuenta! Importancia del relato en la animación

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)


El impresionante y acogedor foro del Centro Académico Cultural, UNAM, Campus Juriquilla, dio la bienvenida a un nutrido grupo deseoso de escuchar la conferencia “El relato… ¡Sí cuenta!”, impartida por los autores de este blog. Daniel comenzó pidiendo al público hacer uso de su imaginación para recrear una sala de cine donde una familia, ambos padres y dos hijos, se disponían a disfrutar de una película animada “ o como se decía hace mucho tiempo en México, `de muñequitos´. Los cuatro miembros del clan familiar están convenientemente armados con sus palomitas, refrescos y demás chuchulucos. Por fin, después de 20 minutos de anuncios y avances de otras películas, la cinta comienza. Los espectadores están atentos, una palomita se queda a medio camino. El inicio promete... Prometía. A los pocos minutos, el aburrimiento y el tedio se van apoderando de la mayoría de los espectadores. El papá de nuestra familia se ha quedado profundamente dormido. La mamá ya no sabe qué hacer para tener quietos a sus dos hijos que, ante la falta de interés en la película, han empezado una guerra de palomitas, para después platicar sobre sus aventuras en la escuela y terminar viendo cómo otros niños ya se han levantado de las butacas y de plano se pusieron a correr por los pasillos de esa sala semi vacía. Al salir del cine, el papá comenta a su esposa, mientras los hijos siguen jugando entre ellos: ´¡Ya ves por qué no me gusta el cine mexicano!´. Los niños ya quieren llegar a casa a ver la tele y, al otro día, difícilmente recordarán alguna escena de la película o los nombres de los personajes. En la sala contigua del mismo complejo cinematográfico también se proyecta una película animada o, como decimos erróneamente en México, ´de caricaturas´. Pero ahí, además de que casi ya no hay asientos vacíos, la mayoría de los espectadores siguen con atención la historia contada en la pantalla. Las cajas de palomitas y los vasos de refresco se quedan a la mitad. No hay chamacos jugando en los pasillos y, por momentos, las carcajadas, las expresiones de lástima o tristeza y otras exclamaciones se escuchan al unísono. Niños y adultos por igual comparten las emociones que la cinta proyectada les ofrece. Ni siquiera los celulares suenan. Al terminar la función, casi todas las familias salen a gusto y varios pequeños ruegan a sus papás que los lleven al restaurante de hamburguesas ya que en el menú infantil están regalando a los personajes de la película que acaban de ver, y cuyos nombres ya no olvidarán. A los pocos meses, casi todas estas familias volverán a ver la misma cinta, pero ahora en la comodidad de sus casas, después de comprarla en DVD”. Todos imaginan ambas escenas. Varios asientan.

Se plantean algunas interrogantes del porqué las cintas animadas hechas en México no tienen el éxito deseado. Inmediatamente el público responde a ellas y comenzamos a hablar de la importancia del relato en una producción animado. El relato, esa historia que se narra, conformado en la animación por un lenguaje visual y un lenguaje sonoro, cuya correcta conjunción hará que el público nacional disfrute la cinta que ve, logre identificación con ella y la viva durante el tiempo que pase sentado frente a una pantalla cinematográfica o de televisión en la comodidad de su hogar. La animación nacional, sobre todo los largometrajes producidos en los últimos años, carecen de un relato de calidad capaz ya no sólo de competir con producciones extranjeras, sino sólo de demostrar a otros países las capacidades de la animación nacional. “Y, aclaramos, no estamos en contra de apoyar el cine nacional, pero tampoco nos colgamos etiquetitas que defendemos a capa y espada. Apoyamos a la animación, apoyamos al cine animado de calidad, pero el primer paso para avanzar es precisamente reconocer en qué se está fallando, y en el caso de la animación mexicana la falla está en la falta de relatos sólidos que sean capaces de permanecer en la mente del espectador”, afirma Celeste.

La conferencia continúa y se habla de lo importante que es saber contar un relato y de hacerse de las personas adecuadas que sepan narrar historias. Así como de la falta de profesionales, guionistas, “dedicados y formados para estructurar y conformar historias animadas”. Lamentablemente no hay una formación académica profesional en aquellos que se han dedicado a hacer historias animadas porque no se ve al relato y mucho menos al guionismo, “como una extensión más de la literatura.” Ofrecemos algunos ejemplos, producciones estadounidenses y japonesas, con los cuales muchos de nosotros crecimos y que nos hacían llorar, reír y disfrutar cada momento que pasábamos frente el aparato de televisor. Algo que lleva a explicar los elementos indispensables que cualquier relato debe tener: planteamiento, desarrollo-climax y desenlace. Se habla de la importancia de cada uno de ellos, de los tiempos manejados en la animación, que dependen del relato mismo, para volver a hacer mención de la falta de guionistas capaces de crear relatos de calidad: “En México, nuestros actuales guionistas en animación, y lo decimos con todo respecto, son gente que sólo ha escrito para producciones de sus mismos estudios; otros que, de ser caricaturistas o ´moneros´ pasaron a guionistas; otros que sólo porque son buenos en albures piensan que pueden escribir una buena historia y otros más que son debutantes en el ramo y que, o copian (mal) estructuras de relatos externos o solamente unen varios gags o chistes mal contados a lo largo de una historia. Esta gente es la que está produciendo los relatos de diversos largometrajes en nuestro país, esos relatos son los que están llegando a otras latitudes. Aunque hay gente que no sólo tiene talento en la técnica, sino que también sabe contar historias, pero ellos se desenvuelven en la producción de cortometrajes… son pocos pero los hay. Quizá es ahí donde se salva un poco la animación nacional en la producción de cortometrajes con atractivos relatos. Pero seamos sinceros, con producir cortometrajes al por mayor, no se logrará hacer una industria”, afirma Celeste.

“Y en estos tiempos, en los que pareciera estarse gestando un nuevo boom en la animación mexicana (este festival es una prueba de ello), es un buen momento para empezar a trabajar en este aspecto tan descuidado en nuestra incipiente industria. Reflexionar sobre el asunto es ya un buen comienzo. Ahora, falta la disposición de todos los involucrados de una u otra forma en el mundo de la animación mexicana, para lograrlo”, continúa Daniel. Y se recalca la importancia de contar con instituciones serias, dejando de lado las universidades públicas, que no sólo surjan para enseñar a los jóvenes a mover objetos, personajes… etc., sino que también tengan la capacidad y la gente apropiada para enseñar a los estudiantes a contar historias y construir relatos de calidad y fuertes para competir con un mercado internacional.

Al finalizar la conferencia, el público pudo apreciar tres producciones animadas como muestra de relatos sólidos, lenguaje visual de calidad y lenguaje sonoro eficiente. Éstos fueron: “Rojo”, “Fly” y “Pedrito, el valiente”, animaciones realizadas por los hermanos Cárdenas. El silencio se hizo al contemplar las crudas imágenes de “Rojo” y las risas se abrieron paso con los interminables inventos de Memo y la desilusión de Pedrito.

Un grato momento quedó en aquellos que esa mañana del sábado 15 de noviembre asistieron dispuestos a escuchar el porqué de la importancia del relato en una producción animada.

"Ana", la película

Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez (Los Anima-Dos)



El reloj marcaba pasadas las cuatro: el público estaba listo para escuchar la conferencia. Carlos Carrera y su grupo tomó asiento, él a la izquierda, seguido de Marec Fritzinger, director de arte. Al centro Pablo Baksht, productor de Lo Coloco Films, y a la derecha de éste Óscar Juárez, supervisor técnico, y Andrés Palma, director de producción. “Ana”, una producción en 3D y dirigida a un público mayor a 8 años, se basa en un cuento de Daniel Emil, también guionista de esta cinta, donde una niña de 9 años llega a un hospital psiquiátrico, en un lugar aislado a la orilla del mar, en busca de su madre. Ahí enfrentará diversos obstáculos al descubrir que seres poco comunes acechan el lugar.

Pablo Baksht señaló que hace unos años Daniel Emil hizo un cuento basado en ciertas ideas que el productor le comentó que le gustaría ver animadas. Cuando presentó la historia terminada a Baksht se comenzó a elaborar un guión, que al principio fue ofrecido a René Castillo, pero después de un tiempo éste se alejó y Carlos Carrera inició como director de dicha producción. El proyecto se inscribió en Annecy con el fin de obtener recursos para su realización. Como resultado fue seleccionado, pero se sigue buscando inversionista para cubrir los 100 millones de pesos del presupuesto. En marzo de 2010 se presentará el trailer, aunque en realidad éste será una escena completa de la película con el fin de “hacer ruido” y obtener el dinero que aún falta. Esta escena, con una duración de 2 minutos, ya está siendo animada para que el público pueda verla en un par de meses. Y existe también el deseo para difundir “Ana” en 3D.

Carlos Carrera, demostrando que es hombre de pocas palabras y que lo suyo es dirigir, comentó sobre la satisfacción que tiene al saber que de la nada se puede dar vida.

Por su parte, Marec Fritzinger, quien trabajó para Disney y Universal, aclaró que el motivo por el cual él se unió a la producción fue por “el gran guión” con el que cuenta el largometraje animado. Además, insistió en que México es un país muy visual, con una tradición en artes plásticas muy interesante, lo que hace que haya calidad en los cortometrajes, pero sin existir una industria para hacer largometrajes.

El equipo de “Ana”, tiene pensado capacitar personal para realizar la producción, quienes trabajarán al mismo tiempo que aprenden, y además contratarán asesoría especializada de ser necesario.

Las imágenes presentadas en ese auditorio lleno, muestran una notable influencia de “El Héroe”, pero también otros estilos que enriquecen y otorgan a la producción un aspecto sombrío. De hecho, la madre de Ana tiene rasgos muy característicos de la joven suicida que le llevó a ganar a Carrera la Palma de Oro.

Por otra parte, en entrevista Carlos Carrera habló que a raíz de que “El Héroe” ganara la Palma de Oro, hubo más apoyo para más gente, ya que antes era aun más complicado hacer animación. Después de ese triunfo se tuvo mayor oportunidad de trabajar proyectos más ambiciosos. Mientras Pablo Baksht, hizo mención de la salida de Enrique Navarrete del equipo, quien se desempeñaba como Director de Animación, y cuyo lugar fue tomado por Adolfo Díaz. Y Marec Fritzinger recalcó lo difícil que es para un animador subsistir sólo desarrollándose en la publicidad. Así que la solución que el animador francés ve en la animación nacional es la producción de más largometrajes con más éxito.