Por María Celeste Vargas Martínez y Daniel Lara Sánchez
Hace exactamente 115 años que los dibujos animados vieron la luz por primera vez. Sí, a finales del siglo XIX un ingenioso hombre dio vida a diversos personajes. Como todos sabemos, antes de que la animación naciera como tal una serie de trucos ópticos recrearon la pupila de los espectadores: la Linterna Mágica de Athanasius Kircher, los Títeres de Sombra, Fantasmagorie de Etienne Gaspard Robert de Lieja (Robertson), el Fantascopio de Joseph Plateu, el Zootropo, el Kineógrafo, el Fusil Fotográfico, el Mutoscopio de Edison y desde luego el Kinestoscospio patentado por éste. Pero no fue hasta 1892 cuando aparecieron en pantalla imágenes proyectadas cuadro por cuadro, lo que otorgaba a la imagen el movimiento continuo que el cine daría algunos años después. Sí, Emile Reynaud se coronó como el padre de la animación (aunque algunos señalen lo contrario y los gringos hagan alarde de sus artistas animadores).
En esta ocasión hablaremos de Emile Reynaud, ya que el 28 de octubre se celebra, en 35 países, el Día Mundial de la Animación, pero para México pasa totalmente desapercibido. Si al cine nacional sólo ahora se le pone un poco de atención qué podemos esperar de la animación hecha en el país. Hace apenas un par de años la ASIFA (Asociación Internacional de Filmes de Animación) decretó el 28 de octubre como la fecha en que el mundo animado debía celebrar el nacimiento de este arte… todo en honor a un ingenioso hombre: Emile Reynaud.
En pantalla Fue el 28 de octubre de 1892 cuando Emile Reynaud presentó la primera proyección de su Teatro Óptico en el Museo Geuin en París. Ahí el público pudo ver: Un bon bock (Una buena cerveza), animación que contaba con 700 cuadros y que se realizó entre 1888 y 1889; y Le Clown et ses chiens (El payaso y los perros), con 500 cuadros, realizada en 1890; y Pauvre Pierrot (Pobre Pierrot), con 500 cuadros, concluido en 1891.
Historias Seriadas Después de esas primeras animaciones siguieron otras como: Autour d’une cabine, realizada también con 500 cuadros en 1894. Esta historia se desarrolla en la playa donde algunos personajes se lanzan clavados en el mar. Ahí, una mujer de largo vestido azul y cargando un perro entre sus brazos entra a una cabina a cambiarse la ropa. Un hombre la espía hasta que otro llega a reclamarle. Los escenarios son simples: arena, mar, dos cabinas y al fondo unos riscos. Todos estos logros de Reynaud son importantísimos y claves en la historia de la animación, pues el artista francés fue el primero en lograr imágenes en movimiento no cíclicas y que contaban historias completas, anticipándose al cine. Sin embargo, años antes Reynaud ya había experimentado con imágenes animadas en ciclo y realizó pequeñas secuencias que usó como tiras del praxinoscopio: L’equilibiste, donde un joven con traje rosa hace equilibrio al sostener con los pies un cilindro anaranjado; Le saut à la corde, una niña de vestido azul, moño rosa, botas negras y largas trenzas, salta la cuerda; Les repas des poulets, que muestra a una niña de vestido rojo y cabello suelto alimentando a tres pollos; Les papillons: dos mariposas de colores vuelan sin cesar sobre una rosa rosa; Le trapèziste, donde un hombre hace piruetas en un trapecio. De estos primeros esfuerzos de Reynaud no hay fechas exactas registradas.
En labios de… “La animación no es ilusión de vida… es la vida misma”. Chuck Jones, animador estadounidense.
El eterno crítico Muchos creen que la animación nació con el cine, de ahí que liguen a ésta con el medio que la difunde. Recordemos que a final de cuentas el cine es sólo un truco óptico más que crea movimiento a partir del fenómeno de la persistencia. El movimiento no lo da el medio mismo, el cine es sólo metros y metros de imágenes que al pasar por un proyector a determinada velocidad (24 imágenes por segundo) el ojo humano las une y crea el movimiento del que carecen. Y bajo ese mismo principio Emile Reynaud dio movimiento a sus creaciones antes de que el cine apareciera. Edison patentó el Kinetoscopio en 1891, pero no lo presentó al público sino hasta 1893, y los Lumière aparecieron en escena con el cine hasta 1895. De ahí que Emilie Reynaud sea considerado el padre de los dibujos animados.
El fisgoneo Para todos aquellos que todavía no entienden o ligan bien los acontecimientos, ahora nos saldrá lo historiadores para explicar los hechos: Después de que Reynaud inventó el Paxinoscopio en 1877, por el cual ganó una mención especial en la Exposición Universal de París en 1878, unió sus talentos como ingeniero y el arte que heredó de su madre (ella era dibujante) para mejorar su invento. Y después de varios intentos creó imágenes sobre cinta transparente flexible, lo que le permitiría pasarla de una bobina a otra. Así creó el Teatro Óptico y los cortos llamados Pantominas Luminosas. El Teatro consistía en una serie de imágenes dibujadas y coloreadas a mano (cuadro por cuadro) por el propio Reynaud. Todas ellas se pintaban en una tira de película transparente, perforada por él mismo, la cual pasaba por una serie de bobinas. La banda contaba con una fuente de luz, que pasaba por cada imagen, la que era reflejada por un espejo. Éste la ampliaba y la proyectaba a una pantalla para que el público la viera. ¡Ah!, pero
Reynaud era tan inquieto que en las presentaciones realizaba efectos de sonido, creados con electricidad, además de que se hacía acompañar del pianista Gaston Paulin para otorgar a las animaciones la música idónea.
Sus presentaciones fueron todo un éxito hasta 1895 cuando los hermanos Lumière aparecieron. Un año después Reynaud presentó una película dirigida por él mismo y protagonizada por los payasos Foottit y Chocolat. Pero sus presentaciones comenzaron a decaer hasta que en 1900 terminó su contrato. Fue olvidado por las personas, cayó en la miseria y un día tomó el martillo y destruyó el Teatro Óptico. Entonces, triste y arruinado una noche de enero de 1910 tiró sus creaciones al río Sena. Debido a la fuerte depresión que lo siguió por muchos años fue internado en un manicomio de Ivry, donde murió en 1918.
El ojo del animador “La animación no es el arte de dibujar el movimiento, sino de mover dibujos”. Norman McLaren, animador escocés.
Nuevamente ésta es una sencilla forma de dar nuestro agradecimiento a un hombre que pocas veces es recordado. La mayoría se va con la finta de ver a Disney como el creador de los dibujos animados, pero antes que él hubo verdaderos artistas que le dieron vida a sus propias historias. Enmile Reynaud fue un hombre ingenioso que dio pie al nacimiento de otros inventos y comenzó el camino para crear y perfeccionar la animación. Sin él, simple y sencillamente hoy no conoceríamos ese mundo maravilloso que es el animado. ¡Feliz Día Mundial de la Animación! y… ¡Anímense a opinar!
Originalmente publicado en: www.cenizas.com.mx, octubre 2007
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